BLOG

Nadie es dueño del miedo, es el miedo el que se adueña de nosotros.
Nadie puede mandar en él, es él el que nos manipula.
El miedo es libre, y nosotros sus esclavos.
A cada paso, nos quiere recordar que la vida nos puede quitar lo que más queremos. Pero lo cierto es que el miedo, como un auténtico ladrón, camina sigiloso y se cuela por las rendijas de nuestra vida.
Nos roba la ilusión.
Se lleva nuestra sonrisa.
Pone patas arriba nuestro orden.
Destroza todo a su paso.
Pero lo que nunca, nunca, nos debe arrebatar es nuestro agradecimiento por todo lo que la Vida nos ha dado.
Por eso, cada mañana que despiertes con miedo, repite varias veces la palabra más sagrada que existe: GRACIAS.
Esta bendita palabra vive en los lugares y momentos más insospechados y viene, con su caricia, a sanarnos.
En nuestras manos está el presente, el regalo que cada día nos da la Vida.


Detrás de una ofensa, 
se esconde envidia.
Detrás de las lágrimas, 
se esconde miedo.
Detrás de un grito, 
se esconde frustración.
Detrás de un juicio, 
se esconde autocrítica.
Detrás de una mentira, 
se esconde baja autoestima.
Detrás de un golpe, 
se esconde debilidad.
Detrás de la frialdad, 
se esconde egoísmo.
Detrás de la empatía, 
siempre se esconde el AMOR.


Robinsón Crusoe lo sabía muy bien: en los momentos difíciles, hay que tener siempre al lado a alguien con quien desahogarse, aunque ese "alguien" sea imaginario. Porque lo que se sufre de forma dramática, en silencio y soledad, deja una profunda huella en nuestro cerebro que puede originar síntomas y patologías.
Lo que es en la mente es también en el cuerpo.
Cuidemos con amor mente y cuerpo.


Cuando despiertas a la vida, cuando comienzas a dar vida a tu verdadero Yo, grandes sorpresas te están esperando: los sueños vienen a tu encuentro, nuevas personas aparecen en tu vida mágicamente, la luz inunda tu presente, la ilusión se instala en tu corazón y una fuerza inusual guía tus pasos.
Sólo una advertencia te adelanto por si todavía no has despertado: es muy posible que algunas de las personas que ahora cuidan de tu profundo letargo cambien de actitud y de opinión sobre ti cuando te vean renacer. Mientras tú despiertas e impulsas tu vuelo, el ego de los otros, al verte, les hará sentir miedo, celos, envidia… Entonces, como si de pronto te quitaran una venda de los ojos, reconocerás la verdadera identidad de esas personas.
Llega un momento en tu vida donde sabes perfectamente diferenciar a las personas en dos grupos: las que animan tu vuelo y las que quieren que vuelvas a hibernar.
La decisión está clara: ¡Vuela libre! ¡Disfruta de tu Yo!


Si estás esperando a no tener preocupaciones ni miedos para ser feliz, no lo serás nunca. 
La felicidad no consiste en tener una vida perfecta, sino en agradecer y disfrutar la vida que ya tienes.


Que la gratitud sea tu sanación.


Nos enseñaron a decir que somos de carne y hueso, como si eso nos hiciera más sensibles... ¡Qué vulgaridad! 
Yo no soy de carne y hueso, me niego a ser tan simple. 
¡Yo soy de SANGRE y SUEÑOS, al igual que vosotros!
Por nuestro cuerpo corre la sangre más pura; y en nuestra alma viven los sueños más profundos.
¡Siéntete especial, lo eres!


Estamos a un solo pensamiento de obrar un milagro. Yo lo llamo "milogro".


Todo, absolutamente todo, está impregnado del bien y el mal, de luz y de sombra. Y así, la vida transcurre en ese aparente equilibrio, guiada, sobre todo, por la misma dualidad que dirige la mente y el corazón. Ansiamos luz, tememos la oscuridad, pero hemos de saber que está en nuestras manos lograr iluminar nuestro camino. Si cada uno de nosotros nos hiciéramos conscientes de la importancia que tiene cada gota de luz que habita en nosotros, y trabajáramos en ese sentido, llegaría un momento en el que el bien ganaría al mal, y la luz a la sombra. 
¡Seamos luz, seamos amor, por ti, por todos!



Si ser "raro" es ser diferente... la buena noticia es que todos somos raros.
Siéntete orgulloso de ser diferente y raro, porque eres TÚ, y no eres copia de nadie.


Como todos los años, en víspera del Día de Todos los Santos, voy al cementerio a llevar flores a mis padres y mi hermano. 
Ayer, cuando terminé de limpiar el panteón y colocar los ramos en los jarrones con agua, con la sensación que siempre nos queda cuando perdemos a nuestros seres queridos de no haber hecho lo suficiente por ellos cuando estaban a nuestro lado, y viendo que lo único que ahora podemos hacer es llevarles flores una vez al año y decirles millones de veces “gracias, gracias, gracias…”, en mi pensamiento, y como despedida, les pregunté: ¿Y qué más puedo hacer ahora por vosotros? Y al instante se repitió en mi mente una respuesta clara, muy clara y concisa: “¡VIVIR!”
Esa fue la respuesta, no hay otra.
Vivir por ellos, vivir por los que ahora te acompañan… vivir por TI.




No hay medicación que cure el mal del orgullo. 
Sólo la humildad puede librarnos de él.


Un sueño tiene el poder de despertarnos.


Cuando dejamos atrás el lastre del ego, nuestra vida se ilumina increíblemente.
Y dijo nuestro verdadero Yo: "¡Hágase la luz!"
Y la luz se hizo.




Volver a la jaula por miedo a volar le puede pasar a cualquier pajarillo. Sólo necesita saber que la puerta siempre está abierta, que sus alas le mantendrán en vuelo y que fuera hay más vida que dentro.
Todos tenemos algo de pajarito.
¡Volemos libres!


¿ERES DE RAÍCES O DE ALAS?
¿Eres de miedos que te esclavizan o de sueños que te hacen volar?
¿Eres de creencias que te atan o de cometas mecidas por el viento?
¿Eres de apegos a los que te aferras o de regalar y regalarte libertad?
¿Eres de brújula sin norte o de aventurarte por los caminos de la vida?
¿Eres de sofá o de monte y playa?
¿Eres de soledad o de estoy “conmigo”?
¿Eres de sueños perdidos o de ilusiones por ganar?
¿Eres de cosechar errores o de recolectar frutos?
¿Eres de mecerte en la pereza o de bailar tu música?
¿Eres de ahogarte en tus penas o de darte un baño de vida?
¿Eres de lanzar flechas o de cuidar tus heridas?
¿Eres de hundirte como una piedra o de aflorar y fluir?
¿Eres de cadenas en los pies o de corona sobre tu cabeza?
¿Eres de puertas cerradas o de ventanas abiertas?
¿Eres de puños apretados o de dar tus manos?
¿Eres de orgullo venenoso o de dulce humildad?
¿Eres de oscuridad o de luz?
¿Eres de raíces que te inmovilizan o de alas que impulsan tu vuelo?
Miro al cielo… 
siento la brisa del viento… 
despliego mis alas… 
¡y me dejo llevar por la vida!



SI TE GUSTA LO QUE COMPARTO, PUEDES SEGUIR LEYÉNDOME EN FACEBOOK... Y EN MIS LIBROS.


¡GRACIAS POR ACOMPAÑARME!

No hay comentarios: